Es uno de los pintores espaA�oles mA?s interesantes
de los A?ltimos aA�os. Lo de menos son sus A�xitos,
tan reiterados. Lo de mA?s es su independencia, su
calidad plA?stica. Mario AntolA�n lo destacaba en su gran
Diccionario. Su exposiciA?n en Feima, en la madrileA�a
calle de Fernando el Santo, me ha impresionado. La
A?ltima obra de Rafael Freijeiro tiene algo de erizante.
De aliento sugeridor. Es una tremenda meditaciA?n
galopante. Ha superado el expresionismo abstracto
para adentrar sus pinceles en nuevos ensayos como
poemas del amor incierto. Hay algo de elegA�a, de canto
ecolA?gico por el dolor, en sus lienzos, que se dividen
en dos zonas. En una los desperdicios, los desechos,
la escombrerA�a y la contaminaciA?n que amenazan a
todos; en la otra, la naturaleza agredida que resiste, a
punto de ser ahogada, asfixiada. Es el caos junto a la
serenidad. ExplosiA?n formal del color, trA?gica belleza,
zarandeadas formas, bronco nihilismo, deslumbrada
retina, indeclinable independencia, fronteras de la
vida y de la muerte, todo estA? en la pintura de Rafael
Freijeiro, el artista que ha diseccionado el cadA?ver del
tiempo que vivimos. Hay algo en sus cuadros de oro
ignoto, de azul mA?gico juanramoniano, que se esponja
bajo la agresiva cobrerA�a de los colores altivos,
mientras el cenit se va rompiendo de hoja en hoja, de
mancha en mancha, de color en color trocado, sobre la
altivez de una paleta que acaricia con el pensamiento.
Luis MarA�a Anson
Real Academia EspaA�ola
El Cultural. Madrid 2007